Roberto Malaver /// Malaverismo: Lleve su sanción, al mejor precio
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su vicepresidente Mike Pence, y su Secretario de estado, Mike Pompeo, sin pararle al Derecho Internacional y mucho menos a las organizaciones internacionales, reparten sanciones a países y a personas que no quieran doblegarse a sus intereses
(Artículo escrito por Alkhan Ford y traducido al español por Roberto Malaver)
Donald Trump, y su vicepresidente Mike Pence, y su Secretario de estado, Mike Pompeo, no le paran al Derecho Internacional
Mike Pence fue el primero en llegar al Salón Oval de la Casa Blanca. Vio detenidamente el lugar y buscó asiento al lado del sillón presidencial. Antes de tomar asiento levantó el cojín del mueble y descubrió allí una tarjetica que decía: “Por favor, no me olviden nunca. J. Guaidó. Los quiero mucho”. Sonrió y pensó para sí. “Nunca habíamos apoyado a un hombre tan mediocre como este”.
En ese momento hizo su entrada Mike Pompeo, quien ya venía sonriendo y leyendo The New York Time. Allí estaban sus declaraciones donde decía que “el mundo democrático no puede tolerar la dictadura en China”. Levantó la vista y vio a Mike Pence sonriendo y le preguntó:
-¿De qué se ríe, señor Vicepresidente?
Pence no le dijo nada. Sencillamente le entregó la tarjeta de Guaidó para que Pompeo se matara por su pulso. Cuando Pompeo terminó de leer soltó la risa y dijo:
- No se puede ser más mediocre. Mucho mejor le fue aquí, en el salón Oval, a Mónica Lewinsky que a este payaso.
- Sí, pero no te olvides que es nuestro payaso.- le contestó Mike Pence.
Y en ese preciso momento hizo su entrada el presidente Donald Trump. Y desde el pasillo venía preguntando:
-¿A quién vamos a sancionar hoy, mi gente? Me huele que en Venezuela todavía hay gente para sancionar.
Trump dijo eso y se acercó a la mesa a buscar el The New York Time que Pompeo había dejado. Ese fue el momento que aprovechó Pence para preguntarle a Pompeo.
- ¿Le muestro la tarjetica de Guaidó?
- Mejor no, porque lo va a humillar, y ya bastante tiene Guaidó con lo que le dijo Bolton en el libro.
Con The New York Time en las manos Trump se acercó a su sillón presidencial y le dijo a Pompeo:
- Buenas esas declaraciones contra China, Pompeo, así es que se gobierna, perdón, así dicen en Venezuela. Así se hace, Pompeo.
- Gracias, mi Presidente –le dijo Pompeo.
Pence, viendo que el Presidente Trump estaba de buen humor, le pregunto.
- De dónde viene Presidente que lo veo feliz.
- Vengo de ver a dos generales, uno colombiano y otro Brasileño, que están trabajando para mí, y además, gratis, porque sus gobiernos le pagan todo. Eso es lo que tenemos que lograr con más generales de América Latina. Ese plan tenemos que prepararlo.
Fue entonces cuando Pompeo sacó su libreta y Mike Pence también mostró su cuaderno enchapado en oro, donde tomaba notas de lo que se iba a hacer.
- Hoy sancionamos a un tal Mikel Moreno –dijo Pompeo.
- ¿Ese quién es?- preguntó Trump
- El Presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, según Bolton, en su libro, este hombre parece que nos traicionó.
- No me hablen de Bolton y su mamotreto de libro que me voy a molestar. Ese es un inútil. –comentó Trump.
-Tenemos bloqueada a Venezuela y sancionados la mayoría de sus funcionarios, y también a todas aquellas empresas y gobiernos que comercien con ese país.-dijo Pompeo
-Y Maduro no ha caído. Eso es lo malo. – dijo Trump.
- Presidente nos están pidiendo que respetemos el Derecho Internacional, porque las sanciones son crímenes de lesa humanidad…
-Yaaaaa. –Se molestó Trump- Para nosotros no existe el derecho internacional. El derecho internacional soy yo, como dijo alguien en la historia, pero no me acuerdo ni me interesa saberlo.
Tanto Pence como Pompeo se miraron y esperaron que el presidente pasara esa rabieta. Mientras corría aquel silencio, Pompeo miraba la tarjeta de Guaidó que no le había entregado a Pence.
- Hay que seguir sancionando- dijo Trump- a todas aquellas personas de la dictadura que trabajen para Maduro, yo lo dije. En Venezuela va a pasar algo y nosotros vamos a estar presentes. Yo quiero ganar las elecciones, y saliendo de Maduro las puedo ganar. Y ustedes me tienen que ayudar.
- Seguro que sí, presidente – dijeron a coro Pence y Pompeo.
El presidente se puso de pie y dijo:
-De aquí a noviembre quiero que apliquen más sanciones a los venezolanos, y no le paren al derecho internacional y mucho menos a las organizaciones internacionales. Repito, el derecho internacional soy yo.
Y el presidente salió desfilando del Salón Oval mientras Pompeo, entregándole la tarjetica de Guaidó a Pence le decía:
-¿Y a este no lo podremos sancionar?
En ese momento hizo su entrada Mike Pompeo, quien ya venía sonriendo y leyendo The New York Time. Allí estaban sus declaraciones donde decía que “el mundo democrático no puede tolerar la dictadura en China”. Levantó la vista y vio a Mike Pence sonriendo y le preguntó:
-¿De qué se ríe, señor Vicepresidente?
Pence no le dijo nada. Sencillamente le entregó la tarjeta de Guaidó para que Pompeo se matara por su pulso. Cuando Pompeo terminó de leer soltó la risa y dijo:
- No se puede ser más mediocre. Mucho mejor le fue aquí, en el salón Oval, a Mónica Lewinsky que a este payaso.
- Sí, pero no te olvides que es nuestro payaso.- le contestó Mike Pence.
Y en ese preciso momento hizo su entrada el presidente Donald Trump. Y desde el pasillo venía preguntando:
-¿A quién vamos a sancionar hoy, mi gente? Me huele que en Venezuela todavía hay gente para sancionar.
Trump dijo eso y se acercó a la mesa a buscar el The New York Time que Pompeo había dejado. Ese fue el momento que aprovechó Pence para preguntarle a Pompeo.
- ¿Le muestro la tarjetica de Guaidó?
- Mejor no, porque lo va a humillar, y ya bastante tiene Guaidó con lo que le dijo Bolton en el libro.
Con The New York Time en las manos Trump se acercó a su sillón presidencial y le dijo a Pompeo:
- Buenas esas declaraciones contra China, Pompeo, así es que se gobierna, perdón, así dicen en Venezuela. Así se hace, Pompeo.
- Gracias, mi Presidente –le dijo Pompeo.
Pence, viendo que el Presidente Trump estaba de buen humor, le pregunto.
- De dónde viene Presidente que lo veo feliz.
- Vengo de ver a dos generales, uno colombiano y otro Brasileño, que están trabajando para mí, y además, gratis, porque sus gobiernos le pagan todo. Eso es lo que tenemos que lograr con más generales de América Latina. Ese plan tenemos que prepararlo.
Fue entonces cuando Pompeo sacó su libreta y Mike Pence también mostró su cuaderno enchapado en oro, donde tomaba notas de lo que se iba a hacer.
- Hoy sancionamos a un tal Mikel Moreno –dijo Pompeo.
- ¿Ese quién es?- preguntó Trump
- El Presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, según Bolton, en su libro, este hombre parece que nos traicionó.
- No me hablen de Bolton y su mamotreto de libro que me voy a molestar. Ese es un inútil. –comentó Trump.
-Tenemos bloqueada a Venezuela y sancionados la mayoría de sus funcionarios, y también a todas aquellas empresas y gobiernos que comercien con ese país.-dijo Pompeo
-Y Maduro no ha caído. Eso es lo malo. – dijo Trump.
- Presidente nos están pidiendo que respetemos el Derecho Internacional, porque las sanciones son crímenes de lesa humanidad…
-Yaaaaa. –Se molestó Trump- Para nosotros no existe el derecho internacional. El derecho internacional soy yo, como dijo alguien en la historia, pero no me acuerdo ni me interesa saberlo.
Tanto Pence como Pompeo se miraron y esperaron que el presidente pasara esa rabieta. Mientras corría aquel silencio, Pompeo miraba la tarjeta de Guaidó que no le había entregado a Pence.
- Hay que seguir sancionando- dijo Trump- a todas aquellas personas de la dictadura que trabajen para Maduro, yo lo dije. En Venezuela va a pasar algo y nosotros vamos a estar presentes. Yo quiero ganar las elecciones, y saliendo de Maduro las puedo ganar. Y ustedes me tienen que ayudar.
- Seguro que sí, presidente – dijeron a coro Pence y Pompeo.
El presidente se puso de pie y dijo:
-De aquí a noviembre quiero que apliquen más sanciones a los venezolanos, y no le paren al derecho internacional y mucho menos a las organizaciones internacionales. Repito, el derecho internacional soy yo.
Y el presidente salió desfilando del Salón Oval mientras Pompeo, entregándole la tarjetica de Guaidó a Pence le decía:
-¿Y a este no lo podremos sancionar?
Roberto Malaver
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